Todos tenemos en mente los típicos Rodizios brasileños y portugueses con un gran buffet en medio del local y muchos tipos de carne de dudosa calidad, donde prima la cantidad sobre todo lo demás y al que nunca llevarías a tu novia o tus padres.
Javier Quintas, fundador de Los Espetinhos, ha vivido muchos años en Brasil, conoce perfectamente su gastronomía y ha gestionado grandes Rodizios en Europa de más doscientos comensales. Por eso Los Espetinhos es diferente. Porque él quería crear un nuevo concepto adaptado a los gustos del centro de Madrid. Amante de Malasaña, y en contra de lo que mucha gente le decía, tenía claro que el concepto de “los churrasqueros” podía funcionar, pero adaptado a los gustos y formas, entre hípster y castizas, que pueblan la capital.
Una antigua vermutería con 110 años de historia en el número 85 de la castiza calle de San Bernardo, ha sido el lugar elegido para este nuevo concepto. Sus 200 m2 divididos en dos plantas con una gran vidriera que recorre toda la esquina y partes protegidas como la fachada y la barra. La clave era representar el mundo de contrastes de Brasil en un solo local. La parte de arriba está inspirada en los 60; los años dorados de la cultura brasileña cuándo artistas como Tom Jobim y Vinicius de Moraes se convirtieron en referentes mundiales. Mientras que para la de abajo se llamó al graffitero Antonyo Maré, recién llegado de un trabajo en Sao Paulo, para que pintara las paredes al más puro estilo de las favelas de Río de Janeiro.